Gilberto López y Rivas
Ante las denuncias fundadas del EZLN sobre las amenazas y los riesgos que representan los megaproyectos del gobierno de la Cuarta Transformación y la violencia que acompaña estructuralmente esta forma de mundialización capitalista, centenares de destacadas personalidades de México y el mundo en los ámbitos del quehacer científico, la filosofía, la sociología, la antropología, la literatura, las artes, el periodismo y el activismo político suscribieron un inédito documento de solidaridad con los mayas zapatistas y de rechazo categórico a la campaña de desinformación, mentiras y calumnias, que publicó nuestro periódico en la primera plana. (https://www.jornada.com.mx/2019/ 01/17/politica/014n1pol ).
Quienes firmaron este texto reconocen el ejemplo de resistencia, dignidad, congruencia y creatividad política que representa la lucha zapatista; consideran que su rebelión, acontecimiento de gran trascendencia, constituyó una de las primeras reacciones contundentes a nivel planetario frente a la globalización neoliberal. Destacan que las y los zapatistas son y siguen siendo expresión de la lucha legítima de los pueblos originarios en contra la dominación y el desprecio sufridos durante siglos y hasta hoy, así como en favor de sus derechos a la autonomía.
En el otro polo equidistante de críticos del EZLN, que lo condenan a un supuesto aislamiento autárquico en el que viven el ocaso de su movimiento, los firmantes identifican al autogobierno popular establecido en sus territorios como un ejemplo de democracia verdadera y radical, digno de inspirar a los pueblos del mundo y de ser estudiado en todas las facultades de ciencias sociales del planeta. La construcción de la autonomía zapatista representa para nosotros, nosotras, la búsqueda constante, honesta y crítica de un proyecto alternativo y emancipador de suma importancia a la hora de enfrentar los desafíos de un mundo que parece hundirse cada vez más en una profunda crisis, a la vez económica, social, política, ecológica y humana.
Por estas evidencias, los firmantes expresaron “su preocupación por la situación que enfrentan las comunidades zapatistas y los pueblos indígenas de México, al ser atacados sus territorios y comunidades por proyectos mineros, turísticos, agro-industriales, de infraestructura, etcétera, tal como lo ha denunciado el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Concejo Indígena de Gobierno (CIG). En este momento, nos preocupa especialmente los grandes proyectos impulsados por el nuevo gobierno mexicano, como el Corredor Transístmico, el millón de hectáreas de árboles comerciales y el llamado Tren Maya, recientemente denunciado como una humillación y una provocación por el subcomandante Moisés, vocero del EZLN, ya que afecta gravemente los territorios de los pueblos mayas que habitan en el sureste mexicano”. Impugnan sus devastadores efectos ambientales, el desarrollo turístico masivo que detonará, la premura en iniciar las obras y la violación a los derechos a “la consulta real, previa, libre e informada, tal como lo establecen el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de la ONU sobre los pueblos originarios. Nos parece muy grave que así se violen los compromisos internacionales asumidos por México (…) Compartimos el rechazo total expresado por el EZLN frente a estos y otros grandes proyectos que afectan gravemente a los territorios autónomos y a las formas de vida de los pueblos.”
El documento alerta y denuncia de “antemano cualquier agresión en contra de las comunidades zapatistas, sea directamente por parte del Estado mexicano o a mediante grupos y organizaciones de civiles armados o no armados. Responsabilizamos al gobierno mexicano de cualquier confrontación que pueda surgir en el contexto de la implementación de estos megaproyectos, que corresponden a un modelo ya rebasado de desarrollo, insostenible y devastador, decidido desde las cúpulas del poder y violando descaradamente los derechos de los pueblos originarios”. Los firmantes hacen un exhorto a la gente de buen corazón para estar atentos frente al riesgo de agresiones en contra de los zapatistas y los pueblos originarios de México.
Esta advertencia precautoria se basa en una tendencia sistémica mundial. Los megaproyectos se imponen mediante diversos actores armados: ejércitos, policías, organismos de seguridad, grupos paramilitares, narcotraficantes y dispositivos contrainsurgentes que en Chiapas no han dejado de operar desde 1994. El proceso de militarización del país, que se incrementará con la Guardia Nacional, es funcional al neoliberalismo corporativo que William Robinson caracteriza, precisamente, como acumulación militarizada. Soslayar la articulación entre capitalismo neoliberal y violencias de Estado es un grave error político de los detractores del zapatismo.
Jornada de Movilización Global contra los proyectos de destrucción y en Defensa de la Madre Tierra: #EzlnNoEstaSolo.
Ante las denuncias fundadas del EZLN sobre las amenazas y los riesgos que representan los megaproyectos del gobierno de la Cuarta Transformación y la violencia que acompaña estructuralmente esta forma de mundialización capitalista, centenares de destacadas personalidades de México y el mundo en los ámbitos del quehacer científico, la filosofía, la sociología, la antropología, la literatura, las artes, el periodismo y el activismo político suscribieron un inédito documento de solidaridad con los mayas zapatistas y de rechazo categórico a la campaña de desinformación, mentiras y calumnias, que publicó nuestro periódico en la primera plana. (https://www.jornada.com.mx/2019/ 01/17/politica/014n1pol ).
Quienes firmaron este texto reconocen el ejemplo de resistencia, dignidad, congruencia y creatividad política que representa la lucha zapatista; consideran que su rebelión, acontecimiento de gran trascendencia, constituyó una de las primeras reacciones contundentes a nivel planetario frente a la globalización neoliberal. Destacan que las y los zapatistas son y siguen siendo expresión de la lucha legítima de los pueblos originarios en contra la dominación y el desprecio sufridos durante siglos y hasta hoy, así como en favor de sus derechos a la autonomía.
En el otro polo equidistante de críticos del EZLN, que lo condenan a un supuesto aislamiento autárquico en el que viven el ocaso de su movimiento, los firmantes identifican al autogobierno popular establecido en sus territorios como un ejemplo de democracia verdadera y radical, digno de inspirar a los pueblos del mundo y de ser estudiado en todas las facultades de ciencias sociales del planeta. La construcción de la autonomía zapatista representa para nosotros, nosotras, la búsqueda constante, honesta y crítica de un proyecto alternativo y emancipador de suma importancia a la hora de enfrentar los desafíos de un mundo que parece hundirse cada vez más en una profunda crisis, a la vez económica, social, política, ecológica y humana.
Por estas evidencias, los firmantes expresaron “su preocupación por la situación que enfrentan las comunidades zapatistas y los pueblos indígenas de México, al ser atacados sus territorios y comunidades por proyectos mineros, turísticos, agro-industriales, de infraestructura, etcétera, tal como lo ha denunciado el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Concejo Indígena de Gobierno (CIG). En este momento, nos preocupa especialmente los grandes proyectos impulsados por el nuevo gobierno mexicano, como el Corredor Transístmico, el millón de hectáreas de árboles comerciales y el llamado Tren Maya, recientemente denunciado como una humillación y una provocación por el subcomandante Moisés, vocero del EZLN, ya que afecta gravemente los territorios de los pueblos mayas que habitan en el sureste mexicano”. Impugnan sus devastadores efectos ambientales, el desarrollo turístico masivo que detonará, la premura en iniciar las obras y la violación a los derechos a “la consulta real, previa, libre e informada, tal como lo establecen el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de la ONU sobre los pueblos originarios. Nos parece muy grave que así se violen los compromisos internacionales asumidos por México (…) Compartimos el rechazo total expresado por el EZLN frente a estos y otros grandes proyectos que afectan gravemente a los territorios autónomos y a las formas de vida de los pueblos.”
El documento alerta y denuncia de “antemano cualquier agresión en contra de las comunidades zapatistas, sea directamente por parte del Estado mexicano o a mediante grupos y organizaciones de civiles armados o no armados. Responsabilizamos al gobierno mexicano de cualquier confrontación que pueda surgir en el contexto de la implementación de estos megaproyectos, que corresponden a un modelo ya rebasado de desarrollo, insostenible y devastador, decidido desde las cúpulas del poder y violando descaradamente los derechos de los pueblos originarios”. Los firmantes hacen un exhorto a la gente de buen corazón para estar atentos frente al riesgo de agresiones en contra de los zapatistas y los pueblos originarios de México.
Esta advertencia precautoria se basa en una tendencia sistémica mundial. Los megaproyectos se imponen mediante diversos actores armados: ejércitos, policías, organismos de seguridad, grupos paramilitares, narcotraficantes y dispositivos contrainsurgentes que en Chiapas no han dejado de operar desde 1994. El proceso de militarización del país, que se incrementará con la Guardia Nacional, es funcional al neoliberalismo corporativo que William Robinson caracteriza, precisamente, como acumulación militarizada. Soslayar la articulación entre capitalismo neoliberal y violencias de Estado es un grave error político de los detractores del zapatismo.
Jornada de Movilización Global contra los proyectos de destrucción y en Defensa de la Madre Tierra: #EzlnNoEstaSolo.
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